i hacen cosas graves. Es la exhortación que hizo el Papa en su homilÃa de la Misa matutina del lunes 18 de septiembre celebrada en la capilla de la Casa de Santa Marta. Francisco también pidió a los gobernantes que recen, puesto que de lo contrario, existe el riesgo de cerrarse en el propio grupo. Mientras el gobernante que, en cambio, tiene conciencia de su propio carácter subalterno frente al pueblo y a Dios, reza.
La reflexión del Santo Padre comenzó con la Primera Lectura del dÃa en que San Pablo aconseja a Timoteo que rece por los gobernantes. A la vez que destacó que en el Evangelio hay un gobernante que reza: es el centurión que tenÃa a un siervo enfermo. Amaba a su pueblo y amaba a su siervo, puesto que se preocupaba por él.
“Este hombre experimentó la necesidad de la oración†– dijo el Papa – y no sólo porque “amaba†sino también porque “tenÃa conciencia de no ser el patrón de todo, no ser la última instanciaâ€. SabÃa que por encima de él hay otro que gobierna. TenÃa subalternos, los soldados, pero él mismo estaba en la condición de subalterno. Y esto lo lleva a orar. En efecto, el gobernante que tiene esta conciencia, reza:
“Si no reza, se cierra en su propia auto-referencialidad o en la de su partido, en aquel cÃrculo del que no puede salir; es un hombre cerrado en sà mismo. Pero cuando ve los verdaderos problemas, tiene esta conciencia de ‘subalternidad’, que hay otro que tiene más poder que él. ¿Quién tiene más poder que un gobernante? El pueblo, que le ha dado el poder, y Dios, del que viene el poder a través del pueblo. Cuando un gobernante tiene esta conciencia de ‘subalternidad’, rezaâ€.
De manera que el Papa puso de manifiesto la importancia de la oración del gobernante, “porque – como dijo – es la oración por el bien común del pueblo que le ha sido encomendadoâ€. Y recordó en este sentido la conversación que mantuvo precisamente con un gobernante que todos los dÃas transcurrÃa dos horas en silencio ante Dios, a pesar de estar muy ocupado. Es necesario, por tanto, pedir a Dios la gracia de poder gobernar bien como Salomón que no pidió a Dios la riqueza sino la sabidurÃa para gobernar.
De ahà que Francisco haya afirmado que los gobernantes deben pedir al Señor esta sabidurÃa. Es tan importante que los gobernantes recen – reafirmó – pidiendo al Señor que no les quite la conciencia del carácter de “subalternos†de Dios y del pueblo: “Que mi fuerza se encuentre allà y no en el pequeño grupo o en mà mismoâ€.
Y a quien podrÃa objetar diciendo que es agnóstico o ateo, el Papa respondió: “Si no puedes rezar, confróntate con tu concienciaâ€, con “los sabios de tu puebloâ€. Pero “no permanezcas solo con el pequeño grupo de tu partidoâ€, porque como subrayó Francisco, “esto es auto-referencialâ€.
Teniendo en cuenta que en la Primera Lectura, Pablo invitaba a rezar por los reyes, el Santo Padre comentó que cuando un gobernante hace una cosa que no nos gusta es criticado o, al contrario, elogiado. Es dejado solo con su partido, con el Parlamentoâ€:
“‘No, yo lo he votado ’… ‘yo no lo he votado, que haga lo suyo’. No, nosotros no podemos dejar a los gobernantes solos: debemos acompañarlos con la oración. Los cristianos deben rezar por los gobernantes. ‘Pero, Padre, ¿cómo voy a rezar por éste, que hace cosas tan graves?’ – ‘Tiene más necesidad aún. Reza, haz penitencia por el gobernante’. La oración de intercesión – es tan hermoso esto que dice Pablo – es para todos los reyes, para todos aquellos que están en el poder. ¿Para qué? ‘Para que podamos conducir una vida calma y tranquila’. Cuando el gobernante es libre y puede gobernar en paz, todo el pueblo se beneficia de estoâ€.
El Papa concluyó pidiendo que se haga un examen de conciencia sobre la oración por los gobernantes:
“Les pido un favor: cada uno de ustedes dedique hoy cinco minutos, no más que eso. Si es un gobernante, pregúntese: ¿‘Yo rezo al que me ha dado el poder a través del pueblo?’. Y si no es gobernante: ¿‘Yo rezo por los gobernantes? SÃ, por éste o por aquel sÃ, porque me gusta; por aquellos, no. ¡Y tienen más necesidad aquellos que éste!’. ¿Rezo por todos los gobernantes? Y si ustedes encuentran, cuando hacen el examen de conciencia para confesarse, que no han rezado por los gobernantes, lleven esto a la confesión. Porque no rezar por los gobernantes es un pecadoâ€.
(MarÃa Fernanda Bernasconi – RV).